jueves, 13 de noviembre de 2014

El poder de abrazar nuestros errores

En general, muchos tenemos como primera reacción la de rechazar cualquier señal o sugerencia de que hemos cometido algún error. Nos disgusta y nos causa repelencia la idea de que nos hemos o nos estamos equivocando.

Casi siempre, sin siquiera nos hayan terminado de explicar -o nos hayamos terminado de explicar a nosotros mismos- el análisis que lleva a la conclusión de que estamos cometiendo o hemos cometido un error, rápidamente ya estamos rechazando la idea aunque todavía no haya sido completamente expuesta.

Pienso que sentimos temor. Temor de encontrarnos con un nosotros mismos equivocado y puesto en evidencia ante los demás y ante nuestro propio juicio. No vemos la señal. La señal que nos manda la vida para que podamos abrazar nuestros errores, reconocerlos, amarlos; y desde esa nueva perspectiva de autoaceptación y amor por nosotros mismos, continuemos con nuestra propia formación.

Si ves arena en tu casa... ¿Por qué rechazarla automáticamente sin reflexionar? ¿Qué acaso, no te gustaría quizá, formar un castillo de arena? ¿Qué acaso el poder no está justamente en "abrazar" el arena entre tus manos y construirlo?

Gracias por estar acá :-)

jueves, 6 de noviembre de 2014

Nuestro amor para sanarnos a nosotros mismos


Cuando salimos heridos del alma de alguna situación, fuera la que fuera, y fuese de la manera en que fuese, casi siempre proseguimos a retraernos. Pareciera una actitud natural.

Luego lo difícil para el alma es volverse a abrir en flor para recibir el Sol. Una vez heridos, nos guardamos, nos encerramos, e inevitablemente nos perdemos del mundo, y el mundo se pierde de nosotros.

El miedo se apodera de nosotros, y anula nuestra voluntad. Nos ponemos a la defensiva, y anulamos nuestras posibilidades de relacionarnos amistosamente con el universo. Puede que hasta se apodere de nosotros la ira, y entonces alejamos al mundo entero de nuestro alrededor. Y todo esto va a parar en hacernos más daño a nosotros mismos. Así es como generalmente he visto que sucede.

Lo he visto en mí mismo. Lo he visto en otras personas. Lo he visto en los animales.

Pero algo de pronto puede aparecer: El amor que hay en nosotros mismos.

Todos somos una fuente inagotable de amor. Podemos brindar amor todos los días; a nosotros mismos, al universo entero; todo el tiempo, y no se acaba.
Ese amor que necesitamos para sanar, cuando estamos heridos, podemos encontrarlo en nosotros mismos.

Muchas veces se nos olvida esto… Cegados por la herida misma y por todos los sentimientos y emociones que ésta provoca, simplemente lo olvidamos.

Pero si respiramos profundamente y nos calmamos; si podemos llegar a ser conscientes de que esta situación es solamente una parte de todo lo que nos define, y no es el todo; entonces podremos ser conscientes también del amor que vive en nuestro interior y utilizarlo como medicina, curándonos con nuestra propia energía, con nuestro propio amor.

Además de todo lo escrito, pienso también que es un proceso cuya duración y éxito dependerá justamente de cómo lo hagamos, pero que es absolutamente posible: Utilizar el amor que hay en nosotros mismos para sanarnos. Sólo es cuestión de despertar a nuestra consciencia para poder ver con claridad todo ese amor que está dentro de nosotros, y utilizarlo adecuadamente.

Abrazos a todos :-)